EL PODER DE LAS CONVERSACIONES
Actualizado: 12 jul 2021
La danza entre Hablar y Escuchar es el eje de las relaciones humanas. El mundo se crea a partir de ellas. Vamos a explorar una ruta conversacional poderosa, aprendiendo sobre los diferentes tipos de conversaciones.

Conversar es una danza lingüística–emocional donde se tejen el hablar y el escuchar. A través de las conversaciones es posible la coordinación de acciones, aparecen las declaraciones, manifestamos nuestros juicios, describimos los hechos y ejercemos un rol en la comunicación humana al hablar y al escuchar. Entonces es necesario apropiarnos del arte de conversar.
¿Sabías que existen diversos tipos de conversaciones? Vamos a conocerlas y apropiarnos de ellas. Pongamos las conversaciones a favor de nuestro bienestar.
A continuación trabajaremos con cuatro tipos:
1. CONVERSACIÓN SOBRE JUICIOS PERSONALES:
Vamos a empezar con un ejemplo sencillo, imagina que tienes un día de playa con tu pareja. Estas arreglándote y lo ves salir de casa. Te avisa que va a la tienda cercana a comprar algunos snacks para el paseo. Sabe que te encanta el chocolate y llevar un buen espumante para el momento del atardecer (él ya después de mucha práctica, ha aprendido a anticipar ciertos pedidos).
Te dice “amor regreso en unos minutos”, y sale de casa. Al cabo de media hora, ya estás lista y te empieza a extrañar su ausencia. 15 minutos más tarde, decides llamarlo a su celular y está apagado. Intentas nuevamente la llamada y una vez más sale la contestadora.
Revisas tu teléfono y no hay mensajes. Esperas media hora más. Pruebas varias veces y no hay forma de comunicarte. Decides salir al estacionamiento. Ha pasado una hora y 15 minutos desde que trataste comunicarte con él la primera vez. Desde entonces hasta acá han aparecido ciertas conversaciones en tu cabeza. Y verte parada en el estacionamiento sin saber nada dispara otras.
“¿Qué habrá pasado? ¡Qué angustia! Él jamás haría algo así. ¿Será que le pasó algo?” Y un largo etcétera. Para esos momentos nuestras lindas cabecitas femeninas son grandiosamente creativas. Vuelves a entrar a la casa, marcas una vez más el celular. Te sientas. Te levantas. En eso han transcurrido otros cuarenta y cinco minutos. Suena una llave, se abre la puerta y entra él.
Te cuenta que se quedó accidentado, tuvo que buscar una grúa, llevar el auto al taller y en el trajín perdió el teléfono. La conversación sobre juicios personales, es la que en el ejemplo, te surgió desde que te das cuenta que tu pareja no ha llegado y está apagado su celular. Es una conversación privada. Es una conversación con nosotras mismas, ocurre en nuestro mundo interior. Es donde aparecen suposiciones, juicios, expectativas, quejas, explicaciones.
A través de ellas, buscamos racionalizar sobre una situación respecto al pasado o el futuro. Incluyendo el minuto que acaba de transcurrir o está por venir. Generalmente, después de tener una conversación interna, es que vamos afuera a procurar otras conversaciones. Por ejemplo, a coordinarnos con otros.
2. CONVERSACIÓN PARA LA COORDINAIÓN DE ACCIONES:
Esta puede ser la reina de las conversaciones. Es donde el objetivo de la conversación recae en el resultado de una promesa que es asumida por las personas involucradas en la conversación. Es la conversación que permite que las cosas pasen.
Una promesa surge a partir de dos acciones del lenguaje: Los Pedidos y Las Promesas. Hacemos pedidos para lograr que otra persona realice una actividad de mi interés; y hacemos ofertas para adelantarnos a un posible pedido que pueda tener otra persona, para hacernos cargo de su necesidad o inquietud. Por eso el mercado está lleno de ofertas, porque muchas personas están procurando ser una posibilidad para otro a la hora de satisfacer sus necesidades. Logramos hacer promesas efectivas cuando a partir de ese pedido o esa oferta se establecen condiciones de satisfacción claras y se cumplen a cabalidad. Cuando al cierre de ese compromiso las personas involucradas pueden declarar gratitud.
La clave de esta conversación está en ejercerla, en darla. En no tomar nada por sentado. ¿Quieres que alguien haga algo por ti? Pídelo. De forma clara, con todos los detalles posibles. No esperes que nadie lea tus pensamientos, no asumas, no supongas ¡Haz pedidos claros! y empieza a ser testigo de como se fortalecen tus relaciones y tus proyectos.
Asimismo aplica para el caso de las ofertas, si sientes que tu puedes hacerte cargo de la necesidad de otro, si esto además representa una acción satisfactoria para ambos ¡Hazlo! Recuerda no esperes que nadie tenga poderes para leer la mente, mas bien usa el poder extraordinario que tienes: El lenguaje.
3. CONVERSACIÓN PARA POSIBLES ACCIONES:
Es muy importante lograr diferenciar una Conversación de Coordinación de Acciones, donde está muy claro lo que los involucrados desean, de una Conversación de Posibles Acciones, donde apenas van a explorar posibilidades. No es lo mismo conversar con alguien para contarle algún querer, que hacerle un pedido o una oferta. Tenemos una conversación para posibles acciones para especular, para abrir nuevos horizontes.
Con estas conversaciones buscamos que surjan “posibilidades” con las que podamos cambiar el curso actual de los acontecimientos. Cuando logramos diferenciar una conversación de otra, logramos cambiar expectativas por reconocimiento de oportunidades y nos preparamos para elaborar pedidos o hacer alguna oferta en el futuro.
Recuerda siempre saber qué quieres lograr con cada conversación que vayas a dar. Si vas a explorar posibles acciones bríndate la oportunidad de hacerlo con amplitud y también permitírselo a la otra persona. Igualmente asegurarte de que ambos entiendan que solo están explorando alternativas y que aun no se están generando condiciones para salir con una promesa.
4. CONVERSACIÓN PARA POSIBLES CONVERSACIONES:
¿Puedes reconocer ese momento cuando quieres dar una conversación pero sientes que no están dadas las circunstancias emocionales para que ocurra y es necesario ir tendiendo puentes? Ahí puede ser efectiva una conversación previa que procure un acercamiento. O cuando haces esa llamada telefónica para pedirle a alguien una conversación importante, de manera personal y alrededor de un café. Esa llamada, donde le brindas un contexto a la persona, es una conversación para posibles conversaciones, igualmente esas conversaciones mas relajadas o sencillas que solo procuras para condicionar un mejor estado de ánimo.
CENTRARNOS PARA CONVERSAR:
Muchas veces nos puede ocurrir a las mujeres estar en una montaña rusa emocional que nos dispara mil conversaciones de distintas cosas al mismo tiempo. Con cierta ligereza, las sacamos de nuestro ámbito privado y las colocamos en el mundo exterior en los distintos dominios donde hacemos vida. Esto, en ocasiones, nos puede traer consecuencias que no estamos esperando.
Pero cómo en ocasiones no tenemos claridad en el para qué estamos conversando, podemos salir de algunos espacios sintiéndonos incomprendidas y heridas. Si un día te sientes de esa manera, tómate un momento; primero para reconocer tus emociones y estado de ánimo. Para bridarte una conversación a ti misma y clarificarte.
Respira profundo, busca tu centro. Siente tu respiración, el latido de tu corazón. Tus pies enraizados en la tierra. Y desde tu centro escúchate, indaga sobre lo que quieres y una vez ahí, decide cuál es el tipo de conversación que necesitas dar y quién es la persona adecuada para escucharte.
Autora: Renatta Casale.