MOVIMIENTO DA ALMA É VIBRAÇÃO INFINITA
El movimiento del alma es vibración infinita y cuando fluimos en esa danza: “se abre la tierra y se alzan los mares al compás del volcán”; tal y como dice esa bonita canción de la banda mexicana Zoe; nos fundimos en esa sincronía esencial que necesita nuestro ser para andar, respirar y vibrar emocionalmente.
Estar presente en esencia, desde mi experiencia, humilde y cercana, es simplemente conjugar los brazos, el tronco, las piernas, los pies y los ojos con un ritmo que haga latir tu corazón. Entrar con tus sentidos despiertos a un juego de imaginación y expresión corporal que esconda, y manifieste quien estás siendo como ser mujer en ese momento presente de vida.
Cuando la mente anda extraviada en los avatares del futuro y el pasado, de paseo por el estrés de la cotidianidad, también hay un océano vivo en tu pecho; hay danza en tus pies, ritmo en tus manos y fuego en tu corazón.
Una canción maravillosa de Pablo Milanés evoca perfectamente esta sensación de conectar con lo esencial, dice: “Baila como lo hace la esperanza, alcanza el grito que resuena en mi garganta”, y ese grito tenemos que escucharlo con amor, hundiendo la emoción para sentir que, de dónde venimos, no necesitamos más que un instante de silencio para escuchar nuestra propia melodía y sonreír.
Porque desde la ilusión que nos produce el dinero, la felicidad, la ciudad, las expectativas, somos mínimas e insignificantes, pero si delante de la adversidad dejamos el cristal del ego romperse, seremos grandes, confiadas y fuertes, esencialmente fuertes.

Dilo a tiempo y sonriente, mirando tus manos en el espejo; deja salir una ráfaga de movimientos nacientes, tuyos, propios; esenciales. Ese acto de rebeldía podría devolverle el sentido a este transitorio día.
Me encantaría cerrar este momento como una carta de amor,
Te amo.
Autora: Karla Rodríguez Behrens.